La característica del Poder

"El poder es expansivo por naturaleza y se expandirá hasta que algo lo detenga. Como una espora, en condiciones adecuadas y sin antagonista, crecerá y ocupará cada espacio disponible, generando aún más poder. Sin embargo, en momentos de máxima expansión, el poder propicia el crecimiento de una fuerza que lo detiene. Es por ello que la libertad, antagonista del poder, posee también naturaleza expansiva. El equilibrio entre ambas fuerzas se conoce como autoridad legítima".

Lafére. Teoría sobre el Poder

Roma: Mil años en 700 páginas

Tuve la suerte de llevar conmigo "Roma" durante un tedioso vuelo trasatlántico, y ya en casa, ha sido responsable de mi encierro durante todo un fin de semana. Relatando las vidas de un linaje patricio portador de un amuleto, Saylor nos pasea por los primeros mil años de la ciudad, describiendo con realismo edificaciones, ritos, costumbres y situaciones. Tal vez su elemento más notable es mostrarnos como los sucesos se transforman en leyenda y esta en historia. Luego de sus casi 700 páginas casi entendemos la razón de la tradicional brevedad de los gobiernos en Italia.

¿Como no amar a Sevilla? ¿Me lo pueden explicar?

Nos enamoramos, de eso hace ya un par de años, me alojaba en Santa Cruz y ella se preparaba para una nueva y concurrida visita. Luego de llegar al hostal –una antigua casa palacio del siglo XVII– dejé mi equipaje en la habitación y salí a la calle, avanzando veloz y sin rumbo desde Corral del Rey hasta Argote de Molina –una sucesión de calles tan estrechas que algunos vecinos conversan de casa a casa, sin casi alzar la voz–, de improviso y tras una esquina, ahí estaba ella, serena y puntual, indicándome con un guiño que ya eran las doce y que hacia siglos que esperaba. Nunca olvidaré como, ni por cuanto tiempo la vi.
–Es a ti a quien quería ver, he venido de muy lejos solo para llamarte guapa, eres más bonita que en las fotos…¡!
Y la miré y caminé, y me celé de todos los turistas que la incordiaban con sus cámaras.
–¡Hoy solo está para mi! ¡Volved con el bullicio y los guías en otra oportunidad!, pues hoy, solo por hoy, me pertenece.
Recuerdo al día siguiente la postal que envié a mi hermana: “He pasado apenas dos días en esta ciudad y sin embargo podría vivir en ella toda mi vida (…)”. Pasó el tiempo y solo quedaron los recuerdos de Santa Cruz, Triana, el Guadalquivir y sevillanas con ojos inmensos que me sonreían al pasar.
Este año la he vuelto a ver y he tenido la fortuna de despertarme cada día a su lado. La palabra “Fortissima” –“Turris Fortissima Nomen Domini” imperativo que increpa en sus cuatro caras– es la señal convenida de que Sevilla y su Giralda siempre estarán allí para mi –“No me ha dejado” (NO8DO)–.
No puedo pedir más, un largo atardecer de terraza blanca, geranios y luz, viendo su fachada. Conversando y tomando vino, tomando vino y conversando –“entra licor y disipa mis pesares”– ha sido lo más cercano a la plena felicidad que se puede concebir.
Sevillla es atemporal, un estado de ánimo que desdobla la luz sobre si y te muestra los colores reales de las cosas con todo su brillo e intensidad. A Sevilla le han escrito y le han cantado, pero esto nunca reflejará lo mucho que te exalta, entusiasma, y hace sentirte vivo. En Sevilla todos son excesos, luz, colores y sentimientos.