Polyphêmos

¡Escúchame tú, Poseidón, el que abrazas la tierra, el de cabellera azul oscura. Si de verdad soy hijo tuyo y tú te precias de ser mi padre, concédeme que Odiseo, el destructor de ciudades, hijo de Laertes que tiene su morada en Itaca, no llegue a casa. Pero si su destino es que vea a los suyos y llegue a su palacio y a su tierra patria, que regrese tarde y de mala manera: sin sus compañeros, en nave ajena, y que encuentre nuevas calamidades en su casa!

δύσσεια, Canto IX

Odiseo ha conseguido cegar y escapar de Polifemo a fuerza de ingenio. El único ojo del gigante -símbolo de la fuerzas naturales y del conocimiento primitivo- ha sido cercenado por la razón. Pero esta hazaña no queda exenta de consecuencias: el cíclope maldice a Ulysses y torna más largo y fatigoso su viaje de retorno a casa. Héroe arquetípico, deberá sortear innumerables obstáculos para retornar al hogar y aún allí continuarán. Solo a través de un largo viaje lleno de dificultades y pruebas es posible obtener el conocimiento, el reconocimiento y la transcendencia.